El transporte de mercancías por carretera sufre un parón, pero el mercado nacional resiste
El segundo trimestre de 2025 ha traído luces y sombras para el sector del transporte de mercancías por carretera en España. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la actividad general del sector ha experimentado una caída significativa, mientras que el transporte nacional muestra signos de fortaleza.
Caída generalizada en la actividad
Los Observatorios del Ministerio revelan que la actividad total del transporte por carretera, medida en toneladas-kilómetro, ha descendido un 4,9 % respecto al trimestre anterior. Este retroceso afecta especialmente al transporte internacional, que sigue lastrado por la debilidad económica de socios clave como Francia y Alemania.
Además, los costes operativos han aumentado ligeramente:
• Seguros: +8,8 %
• Gasóleo: +1,6 %
• Costes financieros: +1,2 %
Este escenario está generando presión sobre las empresas del sector, que deben afrontar mayores gastos en un contexto de menor demanda.
El transporte nacional, en ciclo positivo
En contraste con la tendencia general, el transporte nacional ha registrado un crecimiento del 5,92 % en el segundo trimestre. Este repunte se atribuye al dinamismo del consumo interno y a la recuperación de sectores como la construcción y la distribución alimentaria.
El transporte intrarregional también ha mostrado signos de vitalidad, con un incremento del 2,4 %, lo que indica una mayor actividad en rutas cortas y locales.
¿Qué significa esto para las empresas?
Este escenario mixto obliga a las empresas del sector a replantear sus estrategias:
• Diversificación de rutas: Apostar por el mercado nacional puede ser clave para compensar la caída internacional.
• Optimización de costes: La digitalización y la eficiencia energética se vuelven imprescindibles.
• Adaptación a la demanda: Las empresas deben ser ágiles para responder a los cambios en el consumo y la producción.
El transporte de mercancías por carretera sigue siendo un pilar esencial de la economía española, pero los datos del segundo trimestre confirman que la resiliencia dependerá de la capacidad de adaptación de las empresas. En tiempos de incertidumbre, mirar hacia dentro —al mercado nacional— puede ser la clave para seguir avanzando.